Estoy sentada en el autobús, mirando al infinito... pensando en lo que siento... sintiendo lo que vivo... son demasiadas las ganas de renovar esta vida que a veces hace tanto daño a un corazón que a menudo llora las heridas que no le supe curar...
Echo la vista atrás en el tiempo... quizás sea una mala temporada contigo, pero tú no tienes ningún derecho sobre mi, tú no eres la persona soberana de todas las lagrimas que mis ojos han derramado, tú no eres el dueño de todos los sueños que rompí por estar junto a ti, tú no eres nadie que pueda elegir como ordenar mi vida, y yo lo soy todo para mi... nadie mejor que yo sabrá levantarse cuando se haya caído, nadie como mis piernas para cambiar un rumbo que a menudo se equivoca con la ilusión de que todo salga bien, nadie como mis labios para expresar lo mucho que me duele la ignorancia que me muestras cuando te entrego mi vida y soy solo para ti, nadie como mi corazón para poner un paraguas a esa mañana lluviosa que se despierta todas las mañanas cerca de mis ojos, nadie como yo para intentar ser feliz cuando me encuentro rodeada de esas paredes sin puerta de aquella habitación de la que no puedo salir....
Pero no lo puedo evitar... amo como sonríes, lloras, me ignoras, me gritas, me mientes... Es esa extraña sensación de estar atada a algo que te hace daño pero en el fondo no puedes evitar seguir junto a ello... Y no dejo de pensar que la culpa de todo esto la tengo yo porque no supe poner las piedras delante del tren para que no continuase su viaje, no supe gritar lo suficiente para que tus oídos oyesen el daño que me hacías, no supe saltar suficiente el muro que me ataba a tu vida, no supe poner freno a esta atracción que a menudo me invade como el viento en una tarde de otoño...
Y ahora aquí, mirando al horizonte, pensando en los cachos de recuerdo que nos quedan juntos, pensando en todos los momentos compartidos...
Sueño con una noche en un tejado, sola... esperando millones de estrellas fugaces, para pedir millones de deseos que no se si se cumplirán... e imagino mi silueta bailando bajo la luz de la luna, yo, feliz, sin nada que me ate a nada, soñando con que los aviones en el cielo son como millones de estrellas fugaces... y giro, y siento el viento en mi cara, nada puede romper ese momento, mi momento... las ganas, las fuerzas, esa música de fondo que grita al vacío su melodía como una nana... que la luna me proteja siempre, que no deje el mundo nunca de girar... que no se acabe esa noche...
Pero de repente vuelvo a despertar, sigo en el mismo asiento de siempre, y miro a mi lado y allí estas tú... tengo ganas empezar de cero, ser mas egoísta, preocuparme por mi propia vida... pero no lo puedo evitar... amo la manera en que me mientes...
1 comentarios:
hola Atenea,
suele ocurrir, es ese amor que duele...
un abrazo^^
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No te olvides de enseñarme como se sueña de verdad...