Camino a la perfección...

No es fácil, pocas personas llegarán a entender lo que paso aquel día y porque lo hice, no busco la compasión de la gente, ni el que les guste o no mi historia, busqué estar a gusto conmigo misma y lo conseguí. Ahora todo lo que me rodea es paz y eso es lo que me hace sonreír cada día, el saber que desde mi punto de vista, lo hice bien.

Era 27 de noviembre por la noche, cuando como de costumbre llegue a casa y coloqué mis zapatos bajo la cama, en el salón mi esposo estaba encendiendo la chimenea, me miré en el espejo, en el cuello llevaba un colgante, no se había despegado de mi desde que era pequeña y cada vez que lo miraba no podía evitar que una lágrima se derramará por mi mejilla, era un regalo de mi padre.
Bajé al salón y cené con mi marido, Mario, era el hombre perfecto, me ayudaba en casa, me cuidaba, me comprendía… mi vida en sí era perfecta, un trabajo que me gustaba, una gran casa… pero seguía sin entender por qué motivo en mi interior había un espacio vacío de tristeza e insatisfacción. Cuando terminamos de cenar me fui a la cama, normalmente no me gustaba soñar, cada vez que lo hacía solía tener la misma pesadilla, la imagen de mi madre llorando y yo con la impotencia de no poderle ayudar. Aquella noche el sueño fue diferente, una casa ardía en llamas y una anciana muy parecida a mi madre estaba junto a la ventana, mirándome, cuando me desperté, tenía la sensación de que todo iba a cambiar bruscamente, y eso hacia brotar mucho miedo en mi interior.
Baje las escaleras que llevaban a la cocina, cuando mire hacia el salón, recordé que dentro de poco sería Navidad, desde la muerte de mi padre no había vuelto ha decorar la casa por aquellas fechas, había perdido el espíritu navideño...
Tampoco había vuelto a hablar con mi madre, cuando todo sucedió ella me abandonó por completo, no se levantaba de la cama, no cocinaba, yo hacía todo lo posible por sacarla de su depresión pero no lo podía conseguir, hasta que tuve que irme a estudiar a otra ciudad, aquel día ella y yo discutimos, ella me dijo que no me quería ver más, que todos la abandonábamos, que estaba sola, ella no podía entender que no podía dejar mis estudios, era una promesa que le había hecho a mi padre, pero no me quería escuchar.

Salí de casa, cogí el coche y me dirigí hacia el trabajo, encendí la radio y me dispuse a escuchar música, cuando inexplicablemente la emisora que estaba escuchando cambió, en ella estaban anunciando las noticias, mi cabeza estaba en otra parte, solo pensaba en que llegaría tarde al trabajo, cuando oí una noticia que me llamo la atención, en una casa antigua, había explotado una bombona de gas pero no se había producido ningún incendio, además los bomberos habían corroborado que la casa estaba abandonada y que no había ningún tipo de peligro, entonces recordé el sueño que había tenido y una tristeza muy honda me invadió, no soportaría la idea de perderla a ella también, cuando tuve que parar porque el semáforo se había teñido de color rojo, tomé una gran decisión, estas Navidades no serían igual que las anteriores.

Así que tres días después, ahí estábamos Mario y yo, dentro de nuestro coche, en dos horas llegamos al pueblo donde vivía mi madre... nadie puede imaginarse el nerviosismo que albergaba en mi interior, el cual se acentuó cuando me dispuse delante de la puerta de mi madre a llamar al timbre, cuando una anciana detrás de nosotros habló:
- ¿No vendrán a buscar a la señora Luisa, verdad? – nosotros la dijimos que sí y nadie se puede imaginar lo que sucedió, mi madre no estaba allí, según la señora se había marchado aquel mismo día de viaje, se había despedido de todas sus amigas y las había dicho que no volvería en un gran tiempo, no le explicó a nadie donde iba a ir o cual era el motivo de su viaje, dentro de mí una gran tristeza floreció, no me podía creer lo que había pasado, Mario me abrazó con fuerza y yo lloré las lágrimas más sinceras que había llorado a lo largo de mi vida.
Ya que estábamos en mi pueblo fuimos a visitar la tumba de mi padre, allí, en el centro, las mismas flores rojas que mi madre había repuesto día a día desde su muerte. Después de tanto tiempo mi madre había sabido salir de casa, aunque fuera solo para rendirle un tributo a mi padre.

Tras esto, cogimos el coche y volvimos a casa, durante varios días no hable nada, pero una vez pasado este tiempo, todo volvió a la normalidad. Y llegó la  Nochebuena, ese día mí esposo y yo invitábamos a nuestros amigos y a sus padres a casa, la cena era espectacular.
La gente llegó y tras mantener una grata conversación, alguien llamó al timbre, cuando abrí la puerta en lo primero que me fijé fue en el rostro de la señora que tenía ante mí, su cara era dulce, unas leves arrugas mostraban la edad de aquella anciana, sobre sus ojos brillaban dos lagrimas a punto de caer al suelo, su nariz pequeña y respingona aspiraba lo más rápido que se puede uno imaginar, el rostro era conocido, aquella persona me conocía bien, me había conocido desde hace mucho tiempo, aquella mujer era mi madre.
Tras despertar del profundo choque en el que me había sumergido, me abrazó, la ofrecí pasar y el resto vino todo seguido. En aquel instante comprendí lo que había sucedido, mientras mi ilusión había sido ir a buscarla para recuperar la relación perdida, la suya había sido buscarme por toda la ciudad hasta encontrarme.

Mientras Mario cenaba con nuestros amigos y su familia, mi madre y yo nos pedimos perdón por la soberbia y el orgullo que tuvimos durante tantos años, ella no quiso verse sola y yo necesitaba un apoyo... 
Los siguientes días ella los paso en mi casa. Cuando acabaron las Navidades, mi madre se volvió al pueblo, me explicó que su vida la tenia allí, que no podía separarse de ella, ni del lugar donde murió mi padre, cuando marchó me despedí con la promesa de ir a verla a menudo.

Desde entonces el espíritu navideño volvió a florecer en mi interior, no volví a soñar con mi madre llorando, y no me volví a sentir insatisfecha con mi vida. Las sucesivas Navidades las pasamos con ella  y la familia de Mario, el salón lo decoramos con un árbol espectacular, lleno de espumillones y lucecitas parpadeantes de diferentes colores, en la cima una estrella, una muestra de que mi vida mostraba el camino a la felicidad y en mi mente, cada día, cada hora, a cada instante… las palabras que me dijo mi padre al regalarme el collar del que nunca me separaba cuando pierdas la ilusión por algo encuentra en tu familia la alegría de vivir, cuando las ganas de luchar se pierdan, encuentra la fuerza para  sonreír, cuando salgas a la calle y veas a un pequeño niño vagabundeando o un anciano pidiendo dinero para subsistir, recuerda todo lo que tienes y se feliz por ello, porque en cada acto de bien hay un paso, porque en cada paso hay un motivo, porque en cada motivo hay una intención y en cada intención encontrarás que dando la vida por los demás, luchando por lo que te rodea, surge un sentimiento de paz, de compartir y agradecer lo mucho o poco que tenemos, tu vida consiste en encontrar el camino hacía tu propia felicidad. Eso es el verdadero espíritu de la Navidad.

Y no volverá...

Dedicado a todas aquellas personas que han perdido a ese "alguien" tan especial que llenaba de sentido su vida por culpa de esa gente que no sabe ni sabrán nunca lo que es el amor verdadero.
Todo mi apoyo desde lo más profundo de mi corazón... Ojalá algún día cambien las cosas....

Cuando los ángeles lloran
es por cada árbol que muere,
cada estrella que se apaga...

Un ángel cayó,
un ángel murió,
un ángel se fue,
y no volverá....
                                                             Maná


Va a empezar ahora... Tres, dos, uno... y se abre la puerta, y tras ella un rostro cubierto por un pañuelo y una mirada fría que se clava como el hielo. En mi interior se enciende una llama. Algunos lo denominan angustia, otros lo llaman venganza...

Dos horas escuchando como miente, como desnuda mi orgullo, como va destrozando las pocas ganas de vivir que me quedaron tras aquel 25 de mayo cuando a las once de la noche en un barrio de mi ciudad natal robaron la vida que me pertenecía, ¡que era mía! 

¡Yo le cuide cuando tenía esos pies tan pequeñitos! ¡Yo le enseñé a andar cuando sus piernas querían conocer mundo!¡Yo le vi enamorarse, quererme, odiarme! Era mi vida, era mi hijo y ya no está. No está porque a una mente envenenada de odio le dio aquella noche por demostrar su ideal matando a sangre fría...

Tengo ganas de levantarme del asiento y pegarle, matarlo fríamente poniendo un espejo frente a su cara.... ¡No!, mejor, le encerraría con un reloj que cronometre su vida, lo que le quede por vivir y, cuando ese tiempo acabe, saciar mi venganza.
¡La vida era tan maravillosa a su lado! Y yo ahora solo siento la impotencia de la injusticia, porque era menor cuando lo hizo, y ya está. Una vida desaparece pero no le importa a nadie, solo acompaña el morbo televisivo de soltar improperios delante de la caja sin hacer nada por ayudarme...
"Todos estamos contigo..." pero me siento tan sola...
¡Y tengo que escuchar que era menor con diecisiete años! Con una edad que de sobra sirve para saber lo que haces. Que yo sepa a los diecisiete años todo el mundo sabe lo que hace, nadie se ve sometido a la sumisión de nadie; a esa edad, muchos chicos incluso pueden trabajar. Pero no sirve de nada, dieciséis años para entrar en una discoteca, dieciocho para ir a la cárcel.

Han pasado diez meses, cinco en los que me he culpado hasta la eternidad por haberle dejado salir aquella noche y otros cinco en los que decidí acabar con mi vida sin éxito alguno: exceso de pastillas y la cobardía de no agarrar una ventana y acabar con todo. 
Y ahora solo me queda el odio y el tremendo horror de no poder volver a tocarle, de no poder ver su carita sonriendo mientras me dice que soy la mejor madre...
Nadie es quién para robarle el último hálito de vida a otra persona...
De repente le oigo, escuchó cada una de sus palabras y sus frases van introduciéndose en mi mente como puñales...

-Quizás a las once o tal vez a las doce, a lo mejor en el metro o quizás en mi casa,  pero lo volvería a hacer porque debemos acabar con todos ellos.
No recuerdo qué hice después, pero me siento orgulloso de lo que hice, porque él... no merecía vivir.

¿Y se acabó? Me derrumbo, me hundo ante el abismo, ante miles de personas que esperan una reacción, ante los ojos de un juez que no dice nada y sólo somete a las leyes, ante las caras de muchas televisiones y la crítica de la opinión pública. Pero me da igual, sin él el sol no hace falta que salga, las nubes llueven siempre sobre mis ojos, la casa se me hace pequeña, muy poco espacio para tantos recuerdos, su habitación... mi castigo diario... las fotos, los vídeos... mi condena horaria...

Aun no me lo creo, ¡era mi perfección y me la han quitado! 
Me resguardo en el pasado y no quiero mirar al futuro. Rasgaría mi piel por volverle a ver, pararía mis latidos por un abrazo suyo, moriría por traerle de nuevo a la vida... Porque aquel 25 de mayo deje de vivir para sobrevivir....

¡Fuera de aqui!

Estoy dando golpes a esta pared que no se rompe y me hago daño en las muñecas para intentar no pensar, sinceramente esta noche estaba siendo surrealista, pero quizás lo tenía que haber previsto cuando hace unas semanas me propusieron hacerlo…
Siento tanta rabia dentro de mi, siempre me pasa lo mismo, tengo esa especie de atracción por lo prohibido, por lo que no me dejará soñar en unas cuantas semanas, camino hacia delante sin pensar en las consecuencias… pero esta vez creo y sé que he metido la pata hasta el fondo y solo tengo ganas de llorar, o de romper este estúpido muro que tengo delante de mis ojos.

Todo comenzó aquella tarde en 112 Oceans Avenue, nadie nos imaginabamos que los espíritus intentasen quedar en paz con el mundo terrenal… ¿O si? 
Cuando pasamos por delante de aquella casa, todos sabíamos ya cuantas historias y películas se habían hecho sobre esa casa pero realmente no nos las creíamos, por eso cuando propusimos ir allí aquella noche, a todos nos pareció una buena idea, fuera como fuese, esa noche era Halloween y tenía que ser especial ya que nunca nos habían dejado salir  hasta altas horas.


Cuando eran las 11 nos encontrábamos todos delante de la puerta de la casa y nos dispusimos a entrar... cuando la puerta que hasta entonces siempre había estado entreabierta, se cerró delante de nosotros con un portazo a la vez que se oyeron uno, dos… hasta 6 golpes dentro de la casa. Mentiría si dijese que no lo vi normal ya que hacía una ventisca muy fuerte, pero lo que para mi era tan común supuso que mi grupo se redujera a la mitad, “en fin… vaya panda de cobardes” pensé para mis adentros.

Entramos por una ventana, nos sentamos en círculo en el salón de aquella casa, no sin antes encender la chimenea y unas cuantas velas y nos concentramos para jugar a la ouija, otra de las grandes ideas de esa noche…

Cuando comenzamos a jugar preguntamos con las letras del tablero quien había muerto en aquella casa, instantáneamente la luz de la chimenea se apagó, miles de motas de polvo rodaron sobre nuestras cabezas, las ventanas se cerraron con suma violencia y se empezaron a oír golpes en el piso superior, todos nos asustamos bastante, aunque una parte de nuestras cabezas seguía atraída por el morbo de estar haciendo algo que no estaba bien, es decir, vivir una aventura en carne propia…
Decidimos subir a ver que había arriba, yo subí en el último lugar y cuando me faltaba solo un escalón para llegar el peldaño, cuando creo ver unos ojos tras el umbral de una de las puertas... la madera venció bajo mis pies y yo caí sin remedio por el hueco de las  escaleras.
Cuando abrí los ojos me encontré en un cuarto oscuro sin luz. Al principio me senté en el suelo intentando recomponer todo lo que había hecho aquella noche, pero cuando sobre mi nuca sentí una ráfaga de aire que gritaba: “¡Fuera de aquí!” empecé a tener miedo y a gritar mientras veía las sombras de rifles que apuntaban a mi cuerpo y sentía como unas manos gélidas me agarraban el cuerpo y me susurraban al oído que no era bienvenido…


Empecé a retorcerme de angustia entumeciendo mi cuerpo con los golpes que me pegaba contra todas las paredes que estaban recubiertas de algo viscoso, hasta que de uno de los golpes encendí un interruptor y ante mi apareció una sala antigua con las paredes cubiertas de letras escritas con sangre: “¡Fuera de aquí!”, era como si me encontrase en otra realidad paralela, en otra casa, en otro tiempo…

Pudé ver una ventana al fondo que estaba abierta, me acerqué corriendo y cuando fui a levantar la ventana que se abría verticalmente, de repente se oyó un golpe detrás, parpadee milésimas de segundo y cuando abrí mis ojos ante mi tenía una ventana abierta con unos ladrillos perfectamente colocados como si fueran parte de la pared y la cornisa fuera una broma de mal gusto, no entendía nada quería acabar aquella pesadilla…
Corrí hacia las otras ventanas, pero volvió a pasar lo mismo, así que me encontraba encerrado en aquel cuarto que para mi impresión cada vez se estaba haciendo más y más pequeño.

Y es en ese punto en el que me encuentro ahora, dando golpes a la pared que tengo delante de mis ojos ya que no comprendo nada de lo que ha ocurrido. Siento un olor muy fuerte en el ambiente, como el formol de los muertos, pero quien sabe, quizás todo sea una locura transitoria…
Acabo de ver a lo lejos una roca en una esquina, quizás lo mejor sea cogerla y dar golpes al suelo, a lo mejor descubro una abertura hacia mi libertad… golpeo fuerte, una, otra y otra vez y de repente el suelo abre un agujero bajo mis pies y allí, debajo, donde la tierra comienza a dar vida a la naturaleza, donde los sueños se pierden para volver a renacer, donde el miedo te embarga hasta limites insospechados, encuentro una mano: gris, sin vida, perdida… esto me esta superando demasiado, pero da igual, estoy aquí y descubriré todo hasta el final, el cuarto se está haciendo más pequeño y la mano acaba de encontrar su cuerpo, y por fin puedo ver sus cara… ojos pequeños… creo recordar aquella mirada perdida en alguna otra parte, sí, ¡Ahora lo recuerdo! Es el niño que vi antes de caerme, pero su cara se vuelve diferente, se está transformando delante de mis ojos y cada vez se parece más y más... ¡No puede ser! Ante mis ojos me estoy viendo a mí… agonizante, presa del horror… Me estoy muriendo o la muerte me ha vencido… el cuarto ya no es cuarto no hay nada a mi alrededor, todo está oscuro, tanto como un ataud en la penumbra… y yo…



De repente veo una luz y tres hombres que gritan mi nombre, pero cuál es mi nombre ahora, ¿DeFeo? En mi mente se graba una historia… la madrugada del 15 de noviembre de 1974, el hijo mayor de la familia DeFeo, de tan sólo 17 años, asesinó a sangre fría a sus padres y hermanos con un rifle, dejando un total de seis personas muertas…

Ronald Joseph "Butch" DeFeo, Jr. 

De repente siento en mi interior la amargura de haber hecho algo mal. La casa ha convertido mi vida y creo que lo que tengo ante mis ojos es... la policía que viene a por mí…

Por ustedes...

Hace unas semanas recibí una noticia demasiado agradable, había sido seleccionado uno de mis escritos junto con otros para un recopilatorio de relatos, quería compartir con ustedes los enlaces donde se encuentra el recopilatorio y la mención que recibí... 




Y sobretodo quería darles las gracias, porque sin ustedes nada de esto hubiera sido posible, porque no hubiera sacado las fuerzas necesarias para seguir con la gran afición de mi vida, que es la escritura y porque con sus comentarios y visitas a mi blog han hecho que este pequeño sueño cada vez sea más grande y llegue a más personas...

Porque como siempre digo... somos personas brillantes viviendo en un mundo que tendrá prisa, pero esperaremos a que sea perfecto para brillar...

La inmortalidad de su alma


Todavía recuerdo aquel lugar como si estuviera allí mismo… el olor del mar, el calor que se pegaba en el cuerpo como el abrazo del deseo, las tardes nadando en el agua, todo era perfecto… y como bien saben los sabios, los recuerdos más intensos, pase lo que pase nunca se olvidan…
Pero lo que más recuerdo de aquel pueblo, era pasar cada segundo con la mujer más importante de mi vida…

Ésta es la historia de una mujer que siempre será una segunda madre, ésta es la vida de la mujer que luchó cada día por sacar una sonrisa a cada uno de sus hijos, ésta es la leyenda de la persona que no hizo nada para ser recordada mientras lo hacía todo…

Por ella pasarán los años, y sobre sus manos se marcarán las huellas de un pasado legendario, sobre su memoria, el recuerdo permanente de todo aquello que sus ojos grabaron para siempre en el fondo del alma donde se guardan las memorias más amargas… y sobre su corazón miles de cicatrices, arañazos que en el tiempo logró curar con las más sorprendentes alegrías…
Solo ella supo amar tanto para guardar entre sus abrazos la seguridad que a todos les faltaba, solo ella supo con un abrazo hacer que toda su gente dejase de derramar lágrimas injustificadas…
Y no importa cuántas manecillas se den sobre el reloj de su vida, porque sus cuatro hijos tuvieron todo lo que ella les pudo dar…

Vivió épocas difíciles… Su infancia se marcó por la guerra y los ojos que graban los momentos más duros como si fueran los más importantes, dejaron en ella una marca imborrable en su mente y corazón…
Contaba con solo cuatro años cuando quedó huérfana por parte de madre, se puede decir que su infancia no fue nada fácil, por los momentos tanto personales como históricos, pero aún así, años después cuando su familia aumentó tanto como para tener cuatro hijo  nunca mostró un ápice de tristeza, ni de recuerdo de lo vivido…
Siempre mirando hacia delante,  siempre con esos ojos llenos de un amor que traspasaba cualquier caparazón, siempre sonriendo a cualquier momento de la vida, porque siempre es un sí que no desaparece nunca, se mantiene el tiempo, como el calor que dio a cada uno de los miembros de su familia cuando sobre ellos se cernía el frío de la vida…

Y así es como la conocí yo… sonriente, feliz, dando gracias a Dios por cada día que pasaba en su vida… viuda, pero nunca ha dejado de ver la parte positiva de las cosas, nunca dejó de enseñarme que la vida siempre tiene momentos buenos, porque todas las personas son muy bonitas tanto por dentro como por fuera.

Todos los momentos que tengo con ella son a partir de los cinco años, los recuerdos inevitablemente cuando eres un bebé no se recuerdan, pero aún así a partir de esos años siempre estuvo ahí…
Aún recuerdo los paseos que dimos mi hermana y yo con ella, cuando con ochenta años corría detrás de nosotros por las calles de mi pueblo cuando nosotras hacíamos alguna trastada…
Puedo ver ahora esos viernes por la noche en los que mientras jugábamos en la arena de la playa oíamos la voz de nuestra abuela avisando que ya estaba la cena preparada… y puedo oír los pasos mientras correteábamos como si hubiese dicho que nos iba a regalar algo… Nadie ha sabido hacer los macarrones como ella…
No puedo evitar sonreír ante la imagen de ella limpiando el pasillo de casa con la postura de un caballo, y yo subida encima de ella como si fuese una mujer fuerte a la que ni el huracán más potente se la va a llevar…
No ha habido una sola navidad que no haya compartido con ella, porque cada anécdota contada no se podía dejar de escuchar…
Porque aunque pasen los años y ella ya no pueda llevarme a caballito… o no pueda correr detrás mío… o a veces la falle la memoria… ella siempre será ella… mi abuela… la mujer que pudo y fue la persona más adorable de mi mundo…

Aún sigo yendo a mi pueblo, a sentarme con ella a ver las puestas de sol, mientras me dice lo  hermoso que es el mundo que tenemos bajo nuestros pies, la brisa nos golpea en la cara suavemente, mientras me cuenta leyendas sobre la costa, dice que algunas palmeras tienen vida y que cuando algo les molesta bajan sus hojas para mostrar su indignación… que los sueños si se recuerdan es porque un día u otro se cumplirán… que hay miradas que dicen tanto que son imposibles de olvidar y que cada persona tiene un ángel que le protege, pero que pase lo que pase ella siempre  estará a mi lado diciéndome lo simple y maravilloso que es poder disfrutar de un atardecer si está a mi lado…

Las personas viven y mueren, pero hay personas inmortales, aquellas que han dejado cada uno de sus pasos marcados en la tierra, aquellas que se marchan para quedarse, aquellas a las que no les hizo falta conocer una gran cantidad de personas para ser recordados, sino sentarse a tu lado durante una puesta de sol para hacerte sentir la persona más afortunada del mundo por ser lo que se es y tener lo que se tiene...

Entre dos corazones...

Querido amigo:

Quiero explicarte como me siento, mi corazón se encuentra entre dos corazones... te voy a explicar porqué...

Han pasado 7 meses, 7 desde que me fijé en él por primera vez, bueno, quizás no sea tan exacto... la primera vez que le vi fue antes, o eso creo recordar, y desde el primer momento supe que tenía algo que me arrastraba hasta él irremediablemente. 

 sabes lo que pienso... nada es infinito y yo me enamoro con la fugacidad de un beso. Aún recuerdo aquel día que nos sentamos en aquel banco del salón, y yo, y los segundos que pasaban despacio, pero a nosotros se nos pasó tan rápido... como un suspiro en una boca... como un rayo en una tormenta...  Es a ese "concepto"  al que me refiero, estos 7 meses han pasado como volando ante mis ojos sin darme cuenta.


Todo el mundo de mi alrededor ha creído saberlo todo y no se han enterado de nada de lo que ha pasado entre él y yo, nadie supo que mis miradas fueron correspondidas, que en nuestros silencios había silencios que hablaban, y que cuando me acercaba a él, un hilo invisible me separaba de su mente, como la advertencia de un ángel que te cuida siempre, como aquel día de otoño que me previniste de no dar mi corazón a alguien que pudiese desaprovecharlo... pero mi ceguera amorosa persiste en la línea de la vida y ahora echo de menos tenerte a mi lado, mostrando esas invisibles muestras de cariño que me hacían seguir adelante, sin miedo, capaz de saltar edificios de ensueño, capaz de tirotear las falsedades, capaz de hacerlo todo por mi, por ti, por nosotros... montando en la bicicleta de la vida donde tu siempre fuiste mi compañero de viaje.

Ahora ya no se distinguir el amor si no estás a mi lado para aconsejarme...

Regresando a él... hablábamos... flirteábamos... cortejábamos... nos mirábamos... lo sabíamos todo... pero solo él y yo...
De tanto hablar de él... mi cabeza se inundó con sus miradas... de tanto oír su nombre cada cosa con su letra me hacia recordarle... me hacía tener un motivo para salir a la calle, cada vez que lo hacía mi corazón anhelaba el reencuentro de los desconocidos, como quien espera un viejo amigo que hace mucho que no ve.

No me entiendo y lo sabes... lo se, lo se... si dos personas están destinadas a estar juntas encontraran la manera de hacerlo... lo se todo pero no me aplico nada, camino segura pero no se a donde voy... pero también se que te echo de menos.... a ti, a él, a lo que no pudo ser, a lo que un día será...

Entenderás sin saberlo que nunca sabrás que escribí esto, en este laberinto de confusión debo navegar sola...

Hace poco leí un libro, deberías leerlo tu también, sabiendo como eres se que te gustaría, y yo quiero despedirte con una de sus frases, no sin antes decirte que sin ti ya nada es igual...



"El sol se pone y sale. La luna desciende y regresa una vez más. Pero el corazón, una vez el corazón se ha puesto, ya no vuelve a remontar."

Lo que hay detrás de mi piel...

Dicen que cuando rompes un espejo tienes siete años de mala suerte... que solo en las situaciones extremas se conoce realmente como es una persona... que si sueñas que alguien se muere le regalas un año más de vida y... que si una estrella fugaz es cazada por tus ojos puedes pedir un deseo que se cumplirá...
Pero también dicen que el físico no importa y yo no veo más que materia preocupada en los adornos con que decorarse en esta sociedad en la que vivo hoy en día....
Y quizás también sea ese el motivo por el que empezó esta tortura...

Al principio era como un juego, una locura transitoria que cada vez me preocupaba más pero que yo no le daba importancia; cuando estaba dentro de los probadores de ropa, de esas tiendas donde tus ilusiones se vuelcan en torturas, sentía el agobio de mil ojos mirando todos mis defectos, espejos que con sus miradas condenatorias me acusaban de comer compulsivamente y no poderme frenar ante ese vicio que cada vez más se estaba convirtiendo en la peor de las torturas.
Cuando contaba con 17 años mi madre siempre me acompañaba a comprarme la ropa, pero ahora no podía evitar echarle en cara su constante observación desmesurada e irreal que destapaba esa fija obsesión en todos los defectos de mi cuerpo... Y a partir de los 18 años dejé de ir con ella, presa inconsciente de las manos que no la quisieron querer... fiera indomada de las aguas que reflejan los defectos que no existen... victima perdida de los excesos que no se deben tomar...

Nadie se hace a la idea de la angustia que supone ver como el cuerpo no es como debe ser, y que no evoluciona como una quiere, yo quería cambiar muchas cosas de mi, pero aquello seguía igual, nunca podría tener lo que yo deseaba, nadie podría querer a una persona como yo, sobretodo ahora que los seres humanos se fijaban antes en el físico que en el interior....
Noche tras noche lloraba en mi cama, y me olvidaba del mundo en el baño, en aquel asiento de rosas donde yo vertía mis peores ilusiones, pero nada cambiaba, ¿Que hacer con los sueños cuando se han cumplido y uno no se da cuenta? ¿Qué castigo deberá sufrir aquel que pide más a la vida de lo que realmente tiene? ¿Adonde van a parar los sueños cuando se acaban?
Mi laberinto mental no tenía salida, yo no era nadie en este mundo de gigantes donde una persona como yo pasaba desapercibida...
Y los días fueron pasando, y como tú sabes, los momentos buenos como los sueños duran poco y son intensos... en cambio mis días tenían una nube negra sobre mis ojos y yo no conseguía ver más que en los reflejos sobre los cristales...

Ni mi familia, ni mis amigos se dieron cuenta al principio de que yo estaba cayendo al abismo de las esperanzas perdidas. A pesar de mi negativa y de la irrealidad sobre mis ojos, mi cuerpo fue disminuyendo hasta quedar débil como una pluma llevada por el viento... A ratos me sentía tan culpable que era capaz de desgarrar cada una de las razones que tenía para hacer aquello con mis dedos heridos por la agresividad de los segundos de perdición, otros ratos me entraban ganas de comerme cada uno de los motivos  que me llevaban a aquella pesadilla, y otras veces, me sentaba en mi ventana, con mis piernas afuera del alfeizar, viendo como mi pelo cada vez más escaso se movía al son del viento por el que quería dejarme llevar, y volar lejos de aquí donde las personas no son más que ángeles, seres inmateriales, puros, sin pecados, sin errores, sin miedos, sin mi peor enemigo... YO misma...

El día que mis padres me encontraron tumbada sobre el suelo del cuarto de baño, la pesadilla torno un poco de luz...
Ellos... las personas que aunque yo no lo veía hablaban todas las noches conmigo para darme a entender que como hija que era me veían la persona más hermosa del mundo, pasará lo que pasará, hasta que la última estrella del universo dejara de brillar...
Y aunque no me daba cuenta, si echaba la vista atrás habían estado en todos los momentos de mi vida, desde que aprendí a mover mis pies ligeros, hasta que cada noche mientras yo lloraba, ellos, se sentaban a mi lado, y hasta que yo no acabase de llorar, no me dejaban sola; es inexplicable el dolor de unos padres cuando ven que su hija no se ve como es realmente, victima de unos malos compañeros de viaje, y alli, a las 5 de la mañana de un día donde el sol se alzaba por el horizonte, tomarón una de las decisiones más importantes de mi vida... si yo no era dueña de mis actos... alguien haría que yo me diera cuenta poco a poco de como era realmente...

Un año después de aquel día, mi vida es normal... algunos dicen que soy una chica muy fuerte, pero claro que van a decir ellos, están ahí para decir esas cosas, pero yo ya se la verdad...
Dicen que si encuentras una Fuente de los Deseos y tiras una moneda hacia atrás pidiendo un deseo con los ojos cerrados se te cumple, pero lo que yo digo es que no hay mejor deseo que querer vivir la vida, porque solo yo seré capaz de que la gente vea lo guapa que soy tanto por dentro... como por fuera...


Si puedo relataros mi historia ahora, es porque ya lo he superado, cada persona es como es, no habrá nada más bello que sentarse un rato a solas, mirando sobre el reflejo del agua tu rostro... y ver como en tus ojos a pesar de lo difícil que ha sido.. has encontrado la salida del laberinto... pero tómame un último consejo...
Permite la llave de tu laberinto sola a las personas capaces de grabar con tinta imborrable un trozo de su vida, porque nadie como tu sabrá interpretar los borrones y las letras de oro, de quien te ayudo a levantarte para no volverte a dejar caer...

Café a las cinco...

Necesito una mente que comprenda lo que siento...

Yo no te pediré nada, solo que me escuches, que comprendas porque lloro y porque sonrió, que entiendas que todo lo que me rodea no es más que el espejismo de lo que un día quise que fuera mi vida, no, no quiero escusas, solo una boca que me aconseje lo que debo hacer, y en las noches más oscuras, de esas en las que la soledad se apodera de todo, calme mis más profundos deseos.
Quiero levantarme y ver esos ojos mirándome como si no hubiese vida detrás de los recuerdos, analizando cada una de mis expresiones como el cuadro más valioso del museo del pasado y que me digas las palabras más hermosas que oído humano ha podido escuchar...
Pero yo no voy a prometerte un "parasiempre", dejémoslo en un presente, en compartir un café a las 5 de la tarde, sin compromisos, sin llamar a lo nuestro de alguna manera, quiero seas mi compañero de viaje, y quizás, a lo mejor, probablemente... formes parte de mi mañana.

Por mi parte... prometo no pelearme contigo si no estoy segura de que acabaremos abrazados prometiéndonos un "nuncamás", no te agobiare con mis celos absurdos, al final de las historias, si el amor prevalece los celos son una falta de tiempo y yo solo quiero compartir mi tiempo contigo, sin ataduras, sin nombres, sin promesas de mentira...
No te juro que no oirás tonterías, a veces me puede la parte de niña que llevo dentro, me cogeré pataletas, no pararé hasta robarte lo que deseo... pero otras veces te sorprenderá la madurez que alberga mi vida.... 
Sí, soy complicada, y nunca llegarás a darte cuenta de lo simple que soy a la vez...

Para acabar, decirte que me conformo con un beso a las cinco de la mañana, cuando agotada, ya no pueda con mi cuerpo pero destine todas mis fuerzas en demostrarte con un gesto todo lo que te quiero...
Me vale con una noche mirando las estrellas reflejadas en mis ojos, tras una tarde dando vueltas de esas que son eternas pero duran un suspiro de corazón...
Me bastará con un te quiero solo cuando lo sientas...


Tienes que saber que soy coleccionista de tus miradas, con las que me dices todo pero sin decirme nada...

Entre la mentira y la verdad...

Todo se reduce a especular... lo bueno por aquí... lo malo por allá...

Supón un concepto, cuéntaselo a aquella persona que sepas que confiará tu secreto como el más preciado valor, sabiendo que se lo contará a todo el mundo, y... ¡¡pum!! ya está... todo el mundo creerá saberlo todo de ti, aunque no tengan la más mínima idea de que todo esta preparado desde el principio como una mera demostración de que pasen los años que pasen, muy pocas personas saben guardar un secreto de verdad.

Es curioso como la gente crea supuestos y se les cree más que incluso las definiciones del diccionario, te miran, piensan, te oyen hablar y ya te conocen lo suficiente como para establecer juicios de valor que a menudo son erróneos...

Entre tu y yo... los dos sabemos que casi nadie actúa como realmente es... ¿por qué? muy sencillo... supondría una catástrofe apocalíptica, estaríamos condenados a sincerarnos y a decir lo que realmente pensamos, es más, haríamos lo que nos apeteciese sin pensar en las consecuencias...
Sí... creo que yo he llegado al matiz de mi problema... las consecuencias, el que dirán, el ahora sí, ahora no, mejor tal vez mañana...
Vivimos creyendo comernos el mundo y nos quedamos con la cuchara y sin comernos el pastel, porque la vida real no es como las películas americanas en el que los grupos de buenas personas triunfan, el amor vence cuando los protagonistas se gustan y las malas personas son castigadas con humillación... en la vida real, las buenas personas triunfan cuando las suerte les sonríe, el amor cuesta y normalmente termina en desamor, eso en el caso de que los dos protagonistas se gusten, y las malas personas terminan teniendo amigos que se sienten sometidos a no poder decir lo que piensan.

Así que no... mi vida no es una película, y nunca lo será... hablan de mi vida, día si, día no, día también, suponen que soy una victima de la sociedad que no se atreve con nada, establecen lo que me gusta o me disgusta, y se lo cuentan a los demás...
Pero te voy a contar un secreto... entre tu y yo... a veces digo la verdad cuando me siento eufórica, otras miento para que no sepan lo que realmente alberga mi corazón, a veces pienso en positivo cuando todo es negativo, otras veces simplemente no apetece pensar, me gusta liar la mente de las personas porque creo que nadie me conoce de verdad, o tal vez si... 
Así que pase lo que pase, cambie lo que cambie, todo se resume a las especulaciones, a establecer lo que está bien y lo que está mal, lo que queda entre la mentira y la verdad...

Pequeño milagro...

Con tan solo doce años ya lo había conocido todo, la vida no esta hecha para los que no han nacido para soportar el dolor... crecemos, aprendemos, sonreímos y lloramos, pero él con sus ojos grises como la niebla en una mañana de invierno, no había conocido lo que era ser feliz.

Aquel verano de 1999 cuando nació, el mundo ya había evolucionado, el divorcio estaba a la orden del día, los políticos ya habían dejado de lado los intereses del pueblo y la televisión ya había comenzado un declive hacia lo que más adelante sería un circo televisivo.
Le llamaron Marcos, buscaron con gran entusiasmo el nombre, lo quisieron todo para él, pero se les olvido lo más importante, no era un juguete.

Hacia el 2001, las broncas entre sus padres eran constantes y tras unas cuentas peleas y otros cuantos moratones, los recuerdos de los sucesos se grabaron en la retina de Marcos, victima inocente de una sociedad despreocupada, quien tuvo que vivir con la culpa de una separación, mejor dicho, de la desaparición de su padre, y aun ahora, cuando hasta los más buscados asesinos son encontrados, el corazón de Marcos siente que una parte de él vaga lejos, por ahí donde los sueños son borrones de tinta en manos de los desilusionados, por ahí donde las pastillas son el remedio de los desesperados, por ahí donde la soledad es un fantasma que nunca te abandona.

Su madre llevada por la angustia de no saber llevar a cabo la tarea de la vida, comenzó a dejarse llevar por esas sustancias que hacen que todo se lo llevo el olvido, por lo menos por unas horas.
Y así fue como por el 2005, cuando Marcos apenas contaba con 4 años, era un niño de las calles, de esos que tienen en la mirada un vacío de ilusiones, de esos que te llevan a una profunda angustia con tan solo una mirada, pero la sociedad vive el dolor ajeno de tal manera que cuando vuelve a amanecer todo lo ajeno paso al segundo plano de las cosas que no hace falta recordar.

Pasaron los años más duros, era pequeño pero lo sabía todo, todos los días iba a comer a un pequeño albergue, después iba al mercado y la gente le daba premios de consolación, lo sabía, tenia el poder de dar una profunda tristeza a todos aquellos que le observaban. Por las noches dormía en un edificio abandonado con 4 cartones y un pequeño trapo que hacía de manta, y antes de dormir se arrodillaba en su pequeña esquina, como un santuario, con su postal de la iglesia y la foto de sus padres y rezaba al cielo para que todo cambiase.
Noche tras noche, se culpaba de la desaparición de su padre y la muerte de su madre. si el no hubiera dado un nuevo brillo a la tierra, todo seguiría como estaba. Quizás las cosas nunca debieron cambiar, quizás el destino se equivoco de persona, quizás solo quizás, era lo que le tocaba, hay personas que nacen para sufrir.

Solo dos veces en su vida había robado, era increíble como sin haber tenido una educación, la moral brillaba en su mente, indicándole con juicios de valor lo que estaba bien o mal.
Solo una vez había vendido droga, pero el día que lo hizo, los recuerdos se agolparon en su mente y ese día encogido, temblando en su manta, sintió de nuevo la soledad.

Se llamaba Marcos, pero todos le conocían como "pequeño milagro", todos se lamentaban pero nadie recogía sus lagrimas, todos hablaban de él pero nadie le escuchaba, todos le ayudaban pero nadie le ofrecía un hogar.
Se llamaba Marcos y sobre sus manos se veían las marcas de un pasado glorioso, y en sus ojos se reflejaba la fuerza de un futuro legendario, solo necesitaba que le dejasen brillar, tenia mucho que dar pero necesitaba ser escuchado, tenia una vida por delante pero necesitaba desarrollar esas dos alas que Dios le había dado.


Tenía doce años y lo había conocido todo, las drogas, la fuerza, la soledad y el dolor, ahora solo tenía que esperar a que el mundo le conociera a él.

Tengo miedo... Oigo voces...

La primera vez que sucedió estaba tumbado en mi cama, hacia mucho frió, era una noche demasiado invernal para ser verano, los árboles se agitaban al son del viento y la luna se ocultaba tras un manto de nubes, me encontraba sumamente dormido, en esa etapa de los sueños en la que no concibes si lo que sueñas lo vives o son un simple reflejo del subconsciente, pero de repente un ruido atroz se cernió sobre mi, abrí los ojos y allí estaba, a partir de ese momento lo que tenia delante conviviría día tras día conmigo, era una figura de una mujer sumamente hermosa, sus ojos claros radiaban en medio de la oscuridad, pero a diferencia de su sonrisa, sus ojos mostraban una severa maldad.
Me ordenó levantarme, me indujo hasta la ventana más próxima y me dijo que ella me protejería, que yo debía hacer lo que ella me dijera, si ella me decia que me debía tirar por aquel hueco de sueños perdidos yo debía hacerlo, si ella me ordenaba cualquier cosa yo debía someterme, era una simple marioneta en su mano a partir de aquel momento...
En ese instante me asusté, mire hacia el paisaje nocturno desde mi balcón, perdiéndola por un segundo de vista, cuando me volví para preguntarla quien era, había desaparecido...
Los días fueron pasando y yo no me atrevía a decir a nadie las visiones que había tenido, me tomarían por loco... y si aun asi lo estaba no estaba haciendo nada malo a nadie, o al menos por el momento...

Una tarde cuando estaba estudiando en mi cuarto, sentí un soplido detrás de mi espalda, una mano presionó mi cuello con fuerza, amenazante, cortándome la respiración... me prohibió estudiar, me obligó a dirigirme al cuarto de baño... "sígueme.... sígueme..." y mi cuerpo inerte se movía...
Al pasar por el espejo, me observé mi cuello, estaba morado, como inicio de las contusiones que días después aparecerían... cuando llegué, su mano agarró a la mía obligándome a coger las tijeras con las que mi padre me cortaba el pelo y empezó a romper mi camiseta, cuando las tijeras rozaron mi ombligo apareció mi madre... lo que sucedió después os lo podéis imaginar... me pedían explicaciones y yo no podía decir que "ella" me obligaba, quería explotar todo lo que llevaba dentro, la angustia perforaba mi garganta... al final portándose comprensivos me dijeron que cualquier cosa que yo necesitase que se lo dijera, que nada era tan importante como la propia vida que es el regalo que de una forma u otra quedará para siempre como su recuerdo... pero cuando fui a mi cama a dormir y volvi a pasar por el espejo, mi cuello estaba intacto... no había ninguna marca... nunca lo entendi...

Pero mis padres cada día discutían más conmigo, decían que no entendían esos cambios en el comportamiento que yo estaba teniendo pero yo me sentía igual que siempre, algunos ratos me llenaba de orgullo porque sentía que no todas las personas podían ver a aquella "mujer" y que yo era afortunado, por ese motivo sonreía solo muchas veces, me sentía poderoso, capaz de hacer cualquier cosa, desde provocar la risa más extrema hasta el sentimiento más doloroso,otros ratos "ella" manejaba mi cuerpo, me pegaba y yo acrecentaba mi mal humor hacia la gente, no entendía porque yo debía sufrir aquella maldición... No me apetecía comer, y mucho menos hablar, estaba cansado de todo, solo quería tumbarme en la cama y pasar el tiempo...

Hasta que un día sucedió, fue rapido, insonoro, pero igualmente doloroso, yo no quería hacerlo pero ella me ordenó, me dijo que si no sufriría las consecuencias por no hacerla caso, debía pegarla...
Nunca había pegado a mi madre, era la persona que más adoraba en el mundo, pero por algun extraño motivo tenía miedo de la visión y creía que si no la obedecia algo malo sucedería...
"Ella" estaba detrás sujetando mi pelo y susurrándome al oído... la fuerza de mi mano se aumentó por una fuerza invisible, cuando me di la vuelta para buscar a mi "visión" de nuevo había desaparecido...
Ese fue el ocaso de una serie de sucesos, día tras día oía esa voz en mi mente, como una voz distorsionada, cada vez más alejada de la dulzura de su voz, aquella que oi por primera vez a la "mujer de mis visiones", me estaba volviendo loco, cada vez que me encontraba a solas en mi cuarto su voz sonaba como el eco en la montaña, no finalizaría nunca aquella tortura, día tras día sentía como alguien me apretaba con fuerza y no me dejaba respirar, tenía miedo, miedo de los momentos en los que aparecía por sorpresa y llenaba mi mente de todo aquello que está prohibido... era una lucha entre el demonio bueno y el demonio malo... tenía miedo de no saber lo que estaba sucediendo... miedo de "ella"... miedo de mi soledad... pero de lo que más tenía miedo era de mi mismo...

El día que ella agarró gasolina y la esparció por mi cuarto, mi padre apareció en el umbral asustado por el olor a queroseno, yo estaba con una cerilla en la mano, en aquel momento cuando me vi con la garrafa en la otra mano algo se perturbó en mi mente... aquello no era normal... no entendía que hacía aquel objeto alli, fue "ella" yo no... ¿Existía realmente la garrafa? ¿Era "ella"? ¿Era "yo"? El miedo me estaba superando.. todo empezó a girar a mi alrededor, el olor a gasolina no me dejaba pensar, y las paredes estaban cayéndose sobre mi, todo giraba... giraba... giraba sin parar...

Cuando me desperté me encontraba en una habitación de paredes blancas que no era mi cuarto... mis padres estaban a mi lado... y un médico les pedía tranquilidad... decían que estaba enfermo... algunas personas lo llaman locura... otras personas esquizofrenia paranoide... yo prefiero pensar que es transitorio, "ella" me eligió y cuando cumpla lo que quiere se marchará como volvió... soy el elegido...
Dicen que alguna vez lo superaré o sabré convivir con mis "visiones", no entienden nada... 
Pero... entre tu y yo... ¿Quien está más loco el propio loco, o el que reconoce la locura?


El tratamiento de la esquizofrenia se basa en dos bloques fundamentales : Por un lado el tratamiento biológico y por otro, el tratamiento psicológico y sociológico,  el papel de la familia y la gente cercana al enfermo, cobra vital importancia ya que deberán ayudarle a disminuir el nivel de estrés en las actividades cotidianas . 
En España existe como grupo de autoayuda para las familias FEAFES ( confederación española agrupaciones de familiares y enfermos mentales) http://www.feafes.com 

Ascenso del infierno...

Remontémonos al  inicio... a como comenzó lo que un día no tenia que haber empezado...

Creo que todo el mundo sabe lo que es un mal de amores... alguna vez lo hemos vivido todos... 
A veces el amor es la enfermedad más difícil para el corazón, muchas veces se necesita una medicina tan grande como una goma de borrar enorme que borre todas las nubes que un día de primavera cubrieron de invierno la vida... otras un fuerte cambio que ponga tu vida patas arriba como una pequeña mariposa que se deja llevar por el viento y aparece de repente en un sitio para ella desconocido pero que le encanta... gran choque para el que nunca pidió nada y se le concedió todo...
Pero al fin y al cabo esta es mi historia.. y así ocurrió todo...

Comenzó una tarde de verano, tenía dieciséis años, un sol enorme cubría mi rostro y mi mirada buscaba encontrar a mi hermana... un día tan perfecto solo podía acabar bien... y fue entonces cuando conocí a la persona que trajo a mi vida oscuridad... 
Algunas personas se conocen con una mirada y saben que están atados para siempre por un hilo invisible imposible de cortar, otras se atraen como imanes sabiendo que el tiempo pasara y al fin y al cabo el destino jugará a su favor, pero en mi historia las cosas fueron más simples, nos conocimos... y pasaron los días y yo me di cuenta de que aquella persona parecía hecho para mi...
Es curioso, incluso nuestro inicio fue muy triste, oculta tras los edificios cual super-héroe para no ser reconocido, oculta como en un día de carnavales tras la mascara que solo enseña dos ojos que lo quieren todo y lo quieren ya... pero en lugar de eso en mi cuento el príncipe no quiere reconocer que le gustaba la princesa y se ven en secreto...
Al final todo sale a la luz tras muchas lágrimas derramadas, harta de ocultarme tras la vida, por algo que yo creía normal...
Y nuestro sueño comienza y todo inicio es perfecto cuando lo desconocido es mágico, pero no... las cosas no se remontan a un inicio bonito, ni a dos regalos que se hacen cuando una persona se acuerda de que un día cualquiera se deben hacer... 

El amor es magia, alegría de ver a la otra persona cada día, levantarse con ganas de mirarse al espejo porque te sientes la persona mas feliz del mundo, el amor es luchar por lo que quieres, es darlo todo en una sonrisa, es sentir que se puede saltar al abismo porque la otra persona te estará esperando y que por muy grande que sea la caída, estará allí para evitar que te caigas, porque las personas somos así, seres que necesitan sentir que la persona a la que mirar encierra un universo en sus ojos, con solo mirar a una pupila se puede ver una luna perfecta... brillante... rodeada de estrellas de todos los colores que girar a su alrededor...

Pero lo que paso aquel año no fue así... era no sentir nada más que la obsesión de evitar las discusiones, de sentirme la persona más pequeña del mundo, cual luciérnaga brillante a la que la quitan la luz, cual unicornio sin su cuerno, cual persona sin su corazón...
Y los días pasaban y se necesitaban 1000 motivos y una razón para entenderlo,para entender el por qué de esas ganas de soltarme de sus manos y marcharme para siempre tras el tren de lo nuevo, lo desconocido... Pero cuando no quedan opciones... lo único que queda es esperar... esperar a que vuelva el pasado al presente... pero la vida no se crea en un pasado... se vive en el presente y se mira hacia el futuro...

Hasta que un día... el valor que me faltaba salió a la luz, la persona se convierte en una gran guerrera, una valerosa fortaleza salió a la luz y su mundo empezó a recuperar su cielo... 
Había puesto fin a su cuento... la vida es así... al final se cerro el libro para abrir otro... sin paginas antiguas, sin fotos que recuerden lo vivido, sin un baúl lleno de cosas de esas que cuando se miran regresan al pasado...

La vida pone a cada cosa en su sitio... que gran frase... pero es la realidad, el ángel... no era ángel, sino un demonio con dos alas robadas... pero me falto quitarme la venda para ver que las personas cuando quieren a alguien no hacen lo que el hizo, nunca se puede robar la dignidad a nadie... y el no fue nadie para destruir un año de mi vida...

Me costó... tardé en hacerlo... pero por fin he acabado... he ascendido del infierno...


Dedicado a esa persona que un día quiso que mi vida fuese suya pero que no lo consiguió, ningún hombre puede creer que su mujer estará siempre para él... que la vida suya es de él... ninguna persona puede robar las sonrisas que todos tenemos... NADIE debe hacer SUFRIR a otra persona, porque la vida guarda muchas sorpresas solo hace falta quitarse la venda de los ojos... y dejar brillar ese universo que cada uno guarda en su mirada...